Un testigo de excepción de la historia de la ciudad

1869-1887

Jardín del Palacete de Llorenç Oller.

Detrás del Palau d’Exposicions de Belles Arts se construyó el espléndido jardín del Palacete de Llorenç Oller i Bultó (Conde de Sant Joan de Violada), cuya puerta principal de la edificación se ubicaba en la esquina con Paseo de Gracia, y su jardín ocupaba gran parte de la fachada de la antigua calle Cortes. 
Este jardín, diseñado con gran detalle, destacaba por su cuidada vegetación y sus elegantes senderos, que ofrecían un espacio de recreo para la familia y sus invitados. Contaba con árboles frondosos, fuentes ornamentales y esculturas, además de mobiliario de hierro forjado, reflejando el gusto refinado de la burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX. 
Con el tiempo, este espacio evolucionó con la ciudad, formando parte del desarrollo urbano que dio lugar a nuevas construcciones emblemáticas.
 

1887 – 1934

Jardín y entrada de carruajes del Palacio Marcet.

Casi dos décadas más tarde, el Palacete de Llorenç Oller pasó a ser propiedad de Frederic Marcet i Vidal, perteneciente a una influyente familia catalana. Este encargó a Tiberi Sabater i Carné derribar el edificio original y construir su nuevo Palacio Marcet, cuya obra finalizó en 1890.
Su entrada noble correspondía con lo que fue la fachada principal del Cine Comedia, y parte de su extenso jardín, ubicado en la parte posterior, junto con su entrada para carruajes, se encontraba donde ahora mismo está ubicado El Avenida Palace.
Este palacio, con su estilo ecléctico, combinaba elementos clásicos y neoplaterescos, destacando por su elegancia arquitectónica representativa del esplendor burgués de la época. Además, sus amplios salones y detalles ornamentales lo convirtieron en un referente del paisaje urbano de la Barcelona de finales del siglo XIX.
 

1897 – 1909

Sala de exposición de pianos y de audición Bernareggi, Estela y Cía.

Ocupó una parte del jardín del Palacio Marcet. Fue un importante espacio cultural en Barcelona, dedicado tanto a la exhibición de pianos de alta calidad como a la celebración de audiciones y conciertos. Este lugar era un punto de referencia para los amantes de la música, ofreciendo una experiencia comOcupó una parte del jardín del Palacio Marcet. Fue un importante espacio cultural en Barcelona, dedicado tanto a la exhibición de pianos de alta calidad como a la celebración de audiciones y conciertos. 
Este lugar era un punto de referencia para los amantes de la música, ofreciendo una experiencia completa con presentaciones de nuevos instrumentos y actuaciones de músicos destacados.
El edificio tenía un gran valor arquitectónico, destacando por su elegancia en una zona donde predominaban construcciones de prestigio. Su diseño combinaba elementos clásicos y detalles modernistas, en línea con el estilo sofisticado de la Barcelona burguesa, lo que lo hacía armonizar con el entorno y aumentar su relevancia cultural.
Además, su cuidada acústica y su exquisita decoración interior lo convirtieron en un espacio ideal para la música en vivo, atrayendo a reconocidos intérpretes y compositores de la época.

1910 – 1911

Metropolitan Cinemaway

Fue uno de los primeros cines en Barcelona, destacando por su modernidad y comodidad, ofreciendo una experiencia cinematográfica muy innovadora. La sala tenía forma de vagón de tren y la ambientación incluía sonidos propios de una estación ferroviaria, máquinas de vapor... Básicamente, en la pantalla se proyectaban documentales de viajes, de manera que el espectador tenía la sensación de estar recorriendo aquellos lugares. 
Se convirtió en un referente cultural por haber introducido nuevas tecnologías para el público y por reflejar el auge del cine como entretenimiento en la ciudad. Su enfoque inmersivo no solo cautivó a los espectadores, sino que también sirvió de inspiración para otros espacios de exhibición cinematográfica en Barcelona. 
El diseño del edificio no tiene demasiados detalles conocidos, aunque probablemente combinaba funcionalidad con el estilo arquitectónico predominante de la época, asegurando una experiencia envolvente desde el momento en que se cruzaban sus puertas.

1911 – 1916

Cine Ideal

Obra del arquitecto Josep Plantada i Artigas y propiedad de Pere Garriga Roig, se destacó como uno de los primeros cines importantes de Barcelona, reconocido por su innovación y la calidad de las proyecciones. Este espacio emblemático se convirtió en un punto de encuentro para los amantes del cine, consolidando el séptimo arte como una forma de entretenimiento masivo en la ciudad. 
Entre los films que allí se estrenaron, se pueden destacar Los últimos días de Pompeya (1908) y Vida y obra de Richard Wagner (1913). Además de proyectar películas, el Cine Ideal ofrecía una experiencia cómoda y de vanguardia, con un diseño interior elegante y tecnología de proyección avanzada, creando un ambiente atractivo y sofisticado para el público de la época. 
Su programación variada y la cuidada selección de películas lo convirtieron en un referente del cine en Barcelona.

1916 – 1924

Palace Cinema

En 1916, el Cine Ideal cambió de propiedad y fue rebautizado como Palace Cinema, un cine icónico en Barcelona, famoso por su ambiente sofisticado y su arquitectura distintiva. Este espacio se destacó no solo por las películas que proyectaba, sino también por su capacidad para atraer a una audiencia selecta. 
Con una programación variada, el Palace Cinema se convirtió en un lugar donde se celebraban estrenos, eventos especiales y proyecciones exclusivas, consolidándose como un punto de encuentro cultural. Su elegante decoración y avanzada tecnología de proyección ofrecían una experiencia cinematográfica inigualable. Además, su ubicación privilegiada lo convirtió en un referente del ocio y la cultura en el corazón de la ciudad. 
A lo largo de los años, el Palace Cinema fue testigo de la evolución del séptimo arte, acogiendo desde los primeros filmes en blanco y negro hasta las innovaciones del cine sonoro. 
Su historia sigue viva en la memoria de Barcelona, formando parte del legado cultural de El Avenida Palace.

1925 -1948

Casa Llibre

En marzo de 1925, Guillem Llibre, propietario de la Confitería LLibre en Plaza Catalunya, adquirió un nuevo local en la Gran Via de les Corts Catalanes, donde hoy se encuentra El Avenida Palace, y encargó la construcción de la nueva Casa Llibre al arquitecto Enric Sagnier.
En la planta baja se encontraba el Restaurante Ribas, muy frecuentado por personalidades como Carlos Gardel, el salón de té y un bar americano. En el piso superior, accesible por una elegante escalera doble comprada en París que todavía se mantiene, se hallaban diversos salones de lujo, entre ellos la confitería, la bombonería y una zona dedicada a la venta de artículos de arte exclusivos. 
La Casa Llibre se convirtió rápidamente en un lugar de referencia para la alta sociedad y la realeza, siendo el escenario de importantes actos sociales. Su terraza-jardín y exclusivos salones eran el punto de encuentro predilecto de la élite barcelonesa, consolidándose como un símbolo de distinción y sofisticación.

1935

Dancing Oshima

Tras una profunda reforma de la terraza-jardín de Casa Llibre, el 5 de octubre de 1935 se inauguró Dancing Oshima, un exclusivo local de espectáculos y baile para las clases pudientes de Barcelona. Su decoración de estilo japonés, diseñada por el interiorista Carles María Baró, aportaba un toque exótico y sofisticado al ambiente. 
En Dancing Oshima se celebraban elegantes fiestas nocturnas, con orquestas renombradas como Crazy Boys, Demon’s Jazz y Rabassa amenizando los eventos. Además de los bailes, se organizaban veladas de gala y fiestas privadas para la alta sociedad, convirtiéndolo en uno de los lugares más exclusivos de la ciudad. 
Con el estallido de la Guerra Civil Española, el local fue socializado y pasó a llamarse Salón Internacional hasta el final de la guerra en 1939. Después de la guerra, con la instauración del régimen franquista, el local fue cerrado y comenzó un proceso de transformación. Tras este período, el edificio continuó con diferentes usos a lo largo de los años.

1948

La familia Gaspart adquiere la propiedad

La familia Gaspart adquiere la propiedad
La propiedad fue adquirida por Juan Gaspart Bonet para la construcción de un hotel de lujo junto con la familia Gimferrer. 

1952

Inauguración de El Avenida Palace.

El Avenida Palace se inauguró como un hotel de lujo que rápidamente se convirtió en un referente en Barcelona. El proyecto fue dirigido por el arquitecto Josep Maria Sagnier, hijo de Enric Sagnier, quien ya había diseñado la Casa Llibre en el mismo emplazamiento. El diseño del hotel destacó por su elegancia, fusionando la estética clásica con las últimas innovaciones tecnológicas de la época, lo que ofreció a sus huéspedes una experiencia de lujo y confort excepcionales. 
La inauguración del hotel fue un evento social de gran repercusión, presidido por el arzobispo de Barcelona, Gregorio Modrego, marcando el inicio de una nueva etapa para la hotelería de lujo en la ciudad y consolidando su lugar en la historia de Barcelona.

A lo largo de los años, el hotel ha sido renovado y actualizado para adaptarse a los nuevos tiempos, incorporando modernidad y comodidad sin perder su encanto, elegancia e historia. Manteniendo el espíritu que lo ha caracterizado desde su inauguración, sigue siendo propiedad de la misma familia que lo fundó hace más de 70 años. A lo largo de las generaciones, la familia Gaspart ha mantenido el legado del hotel, asegurando que su tradición de excelencia y hospitalidad continúe viva, adaptándose a las nuevas necesidades sin perder su esencia.